Almacene sus datos internamente o en la nube ventajas, desventajas y opciones estratégicas
El almacenamiento de datos sigue siendo una cuestión clave para los departamentos de TI. Entre el control local y la flexibilidad externa, la elección entre almacenamiento interno (in situ) o en la nube tiene un impacto directo en la seguridad, el rendimiento y la escalabilidad del sistema de información. Aunque la tendencia es hacia la externalización a la nube, esta elección no puede ser binaria ni dogmática: debe alinearse con la estrategia empresarial, las limitaciones normativas y las perspectivas de crecimiento de la empresa.
Almacenamiento interno frente a nube: dos lógicas opuestas
En las instalaciones almacenamiento in situ se basa en servidores alojados y mantenidos por la empresa, a menudo en sus propios locales. Esta solución histórica garantiza un control total sobre la infraestructura y los datos, pero implica una fuerte inversión en hardware, seguridad y competencias internas.
El sitio almacenamiento en la nubese basa en infraestructuras alojadas a distancia por un proveedor de servicios especializado. Las empresas pueden acceder a los servicios de almacenamiento bajo demanda, pagando en función del uso real. Esta solución promete una escalabilidad inmediata, una menor complejidad técnica y una mejora de los plazos de comercialización de los proyectos informáticos.
Comparación de los dos enfoques según criterios clave
- Seguridad y soberanía de los datos
El almacenamiento interno suele tranquilizar a las empresas que manejan datos sensibles: todo permanece dentro del perímetro controlado de la organización. La seguridad se establece internamente, de acuerdo con las políticas internas.
Pero la nube no es menos segura por defecto. Los principales proveedores ofrecen altos niveles de seguridad (certificación ISO 27001, redundancia multi-sitio, encriptación, monitorización 24/7). El verdadero problema radica en gobernanza ¿Quién accede a qué, dónde se encuentran los datos y bajo qué jurisdicción? El desarrollo de nubes soberanas y las opciones europeas de localización permiten conciliar seguridad y cumplimiento de la normativa (RGPD, directivas sectoriales).
- Costes y modelo financiero
La infraestructura interna requiere inversión inicial (equipos, energía, mantenimiento), pero ofrece costes recurrentes más predecibles a largo plazo.
La nube funciona en modo OPEX sin compra de hardware, sino con una factura mensual indexada al uso. Esto mejora la flexibilidad presupuestaria, sobre todo para las PYME. Cuidado, sin embargo, con los costes ocultos (tráfico saliente, opciones avanzadas, picos de consumo), que pueden encarecer la factura si el entorno no se gestiona correctamente. A TCO (coste total de propiedad) de 3 a 5 años es esencial para el arbitraje.
- Escalabilidad y flexibilidad
En este sentido, la nube es imbatible: puede ajustar la capacidad de almacenamiento o la potencia de cálculo en unos pocos clics. Ideal para soportar un crecimiento rápido o absorber picos de actividad.
A la inversa, internamente, actualizar una infraestructura requiere tiempo (pedidos, instalación, configuración) y capital. Los departamentos de TI a menudo tienen que ampliar "por si acaso", generando recursos que a veces se infrautilizan.
- Rendimiento y accesibilidad
Para las aplicaciones muy sensibles a la latencia (bases de datos críticas, tratamiento industrial en tiempo real), el almacenamiento interno puede ofrecer mejores garantías, sobre todo si todos los usuarios se encuentran en el mismo sitio.
La nube, en cambio, ofrece una accesibilidad óptima para las empresas con varias sedes o que trabajan a distancia. Se basa en acuerdos de nivel de servicio sólidos y redundancia nativa. Soluciones como las conexiones directas, los nodos de borde y las nubes híbridas permiten ahora mejorar significativamente la latencia en la nube pública.
- Mantenimiento y control
Con una infraestructura interna, la empresa conserva el control sobre todo, pero esto requiere equipos cualificados y disponibles y una pesada carga operativa (copias de seguridad, actualizaciones, supervisión).
La nube elimina gran parte de esta complejidad. Las tareas de mantenimiento se externalizan, lo que permite a los equipos internos concentrarse en proyectos de valor añadido. Por otro lado, esto significa aceptar estandarización y una menor personalización de los entornos.
Hacia un modelo híbrido e inteligente
Ante estas disyuntivas, la mayoría de las empresas ya no eligen: están combinan. La nube híbrida (que combina almacenamiento interno, nube pública y/o privada) permite segmentar los usos de forma inteligente: los datos críticos permanecen locales, las aplicaciones empresariales estándar migran a la nube y todo se gestiona de forma centralizada.
Otra tendencia: la multi-nubeEsto significa apoyarse en varios proveedores para evitar la dependencia y elegir los mejores servicios para cada necesidad.
En todos los casos, la soberanía, el cumplimiento y el control de costes están impulsando a los CIO a ya no piensen primero en la nube, sino en la nube inteligente.
Conclusión: una elección estratégica por encima de todo
No existe una solución única. El almacenamiento interno sigue siendo relevante para las organizaciones que exigen control, seguridad o un rendimiento de latencia ultrabaja. La nube, por su parte, resulta atractiva por su velocidad, flexibilidad y escalabilidad.
La elección correcta radica en un análisis detallado del uso, las limitaciones normativas y la trayectoria informática de la empresa. Una estrategia de nube bien pensada -y potencialmente híbrida- puede conciliar rendimiento, resistencia y agilidad.
En Concret, apoyamos a las empresas en su reflexión estratégica y en la implementación operativa de sus proyectos de transformación, ya sean on-premise, en la nube o híbridos.